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viernes, 5 de abril de 2013

NOTA TOMADA DE DIARIO EL COMERCIO DE QUITO

PaísAmazonía Ecuador se quedó sin su único enlace con los pueblos no contactados Ampliar Una fotografía captada en el 2005. Ompore era un guerrero-cazador que decidió adentrarse en el espeso bosque para vivir solo. Fotos: Cortesía Fundación Alejandro Labaka TIEMPO DE LECTURA: 7' 59'' NO. DE PALABRAS: 1296 JAIME PLAZA. COORDINADOR Domingo 24/03/2013 Ompore Omeway tenía una relativa relación con indígenas aislados. Vivía solo en el bosque y murió el cinco de marzo tras un ataque con lanzas. Lea: Dos huaorani murieron atravesados por lanzas en su territorio Había ocasiones en que algún grupo de indígenas no contactado llegaba a su casa o mientras transitaba por el bosque aparecía en forma repentina. En la mayoría de veces, conversaron y hasta le habrían planteado inquietudes y requerimientos. Por eso a Ompore Omeway se lo consideraba como el único que mantenía encuentros inesperados con los tagaeri y taromenane, pueblos en aislamiento que superviven en la Amazonía ecuatoriana. Incluso desde el Plan de Medidas Cautelares se intentó que él sea parte del equipo de monitores de estos pueblos, pero no aceptó. José Proaño, experto en temas sobre pueblos aislados, recuerda que desde hace algunos años Ompore relataba visitas de estos grupos a su casa. "Pero no como una señal de amistad o intención de contacto. Más bien por curiosidad hacia los objetos metálicos o plásticos que utilizaba el viejo huaorani (se calcula tenía alrededor de 60 años)". Pese a ese "acercamiento", el 5 de marzo, Ompore murió atacado con 15 lanzas junto con Buganei Cayga, una de sus dos esposas. Se sospecha que habrían sido guerreros no contactados. Ompore era el jerarca de Yarentaro, una comunidad huaorani asentada a un costado de la vía Maxuss, a cuatro horas en carro desde Coca, capital provincial de Orellana y en las proximidades del Parque Nacional Yasuní. El misionero capuchino Miguel Ángel Cabodevilla, uno de los que más había tratado al jefe indígena, se lamentó que "con su muerte se llevó muchos secretos de los taromenane y tagaeri. Pero ese conocimiento no era para someter a estos grupos, sino para tratar de entenderlos en su cosmovisión". Quienes lo conocían lo recuerdan como alguien introvertido. Incluso sus costumbres eran muy similares a las de los no contactados. Prefería vivir solo en una onka (casa tradicional), que armó a tres horas -a pie- bosque adentro, desde donde está su clan. Allí no usaba casi nada de vestimenta. Ese comportamiento tenía una razón. Él nació y creció en situación de aislamiento. Hasta que en 1976, cuando tenía más de 20 años, el vicario de Aguarico, Alejandro Labaka, contactó al clan de sus padres Mampaue y Pawa. Ompure era el hijo mayor y se volvió experto en preparar cerbatanas y lanzas, sabía de cacería, rastreaba las huellas y tenía una familia. Lea: Malestar en el pueblo huaorani Cabodevilla lo describe como alguien extraordinariamente independiente. A tal punto que, según César Nihua, dirigente de la Organización Waorani de Orellana, Ompore decidió hace ocho años volver a la selva a vivir solo. Salía a su comunidad, con casas de madera y techos de zinc, únicamente a dejar carne de mono y de otros animales que cazaba. También llevaba yuca y chonta. Cabodevilla agregó que esa cierta cercanía se debe a que hay indicios de que esos pueblos aislados son parte de los huaorani que se resistieron al contacto y prefirieron internarse en la selva. Aunque casi siempre contaba haberlos visto, desde noviembre pasado Ompore estaba temeroso. La 'relación' se habría vuelto hostil. Ahora desde el Ministerio de Justicia se insiste en esperar el informe de un peritaje especial, a pedido de la Fiscalía, para determinar el origen de las lanzas que mataron a los dos huaorani. Pero Proaño y Cavodevilla insisten en que las muertes de Ompore y Buganei debe ser asimilada desde su cosmovisión. "A veces se trata de ver solo como una barbarie y no como una reafirmación cultural de los grupos. Responde a sus dinámicas culturales internas de guerra intrínseca", asegura Proaño. Los expertos afirman que el referente de estos pueblos es el jefe guerrero que ataca para proteger a su comunidad y defender su territorio. Pero esa condición se ha radicalizado ante la escasez de alimentos y la reducción de espacios. Pues cada vez hay más presión de madereros ilegales, petroleras, campesinos, misioneros, turistas... Lea: Antenor Vaz: Los pueblos aislados viven dura invasión Eso ha hecho que en los últimos años se adviertan la presencia de estos pueblos en zonas como los bloques petroleros 16, 31, ITT, Armadillo y Territorio Huaorani. Bajo estas condiciones, entre los habitantes de la zona sigue latente el temor, ante el riesgo de que pudieran ocurrir nuevos ataques y encuentros inesperados. Los monitorean con cámaras Tras el ataque con lanzas a Ompore y su esposa, a la zona de Yarentaro se desplazó un equipo de la Policía para reforzar el patrullaje. Así lo confirmó María del Carmen Jácome, subsecretaria de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia. Además, se ayudó con alimentos a los habitantes de Yarentaro para evitar que entren al bosque a cazar y ocurra otro choque. Jácome insistió que el equipo de patrullaje, reforzado por policías, "tiene protocolos específicos de seguridad. Si hay señales de presencia, tenemos que salir". El Ministerio de Justicia asumió desde el 2011 el Plan de Medidas Cautelares, que busca proteger a los pueblos aislados. Tiene a cargo una estación de monitoreo en el sector de Shiripuno para controlar que no haya extracción petrolera y maderera, en la Zona Intangible. Se suman 14 ancianos de las comunidades, como monitores que alertan sobre algún indicio de presencia. Desde hace seis meses, se mantienen cámaras trampa en la selva para monitorear a estos grupos. "Hasta ahora solo se ha registrado el movimiento de animales. Se busca tener señales de presencia para determinar un radio de acción y alertar al Ministerio de Energías Renovables y a los campesinos". Mañana, unos 200 huaorani se reunirán en Miguaguno, a una hora y media de Coca. Según Manuela Ima, presidenta de la Asociación de Mujeres Huaorani, allí se analizará el ataque a Ompore y tratar de calmar los ánimos.

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